Precios más bajos en los pedidos a un mayorista de calzado

En la actualidad, entendemos por mayorista calzado al intermediario entre el fabricante y el punto de venta. Los puntos de venta, a su vez, marcan el precio final al cliente y ese es el precio de venta al público. De manera que los consumidores, aunque quisiéramos, no somos aptos para comprar a los distribuidores sino que vemos repercutido en el precio que pagamos por el producto, el coste de toda la cadena de producción y distribución hasta que lo incluimos en nuestra compra.

En ocasiones, podemos vernos ante reclamos comerciales que rezan y suplican “a precio de venta al por mayor” con la intención de que pensemos que el precio es más barato y económico. En realidad, el efecto reclamo puede funcionar y ser más barato, pero la auténtica realidad es que deberíamos aportar datos de comerciante, nos harían una factura y posiblemente estuviésemos obligados a comprar cantidades nada habituales para uso doméstico, es decir, muy elevadas.

Ya que el mayorista de zapatos, como en el resto de sectores, condiciona los pedidos a cantidades mínimas, algo que sí cumplen los puntos de venta por razones más que obvias. En el caso de la moda y sus complementos, como en otras áreas, los distribuidores tienen una labor comercializadora al servicio del fabricante o a varios de ellos, ya que se dan proveedores de un solo fabricante, de una sola gama de productos o de productos de consumo en general para aprovechar los beneficios de la especialización.

Tradicionalmente, este sector de tendencias se ha visto segmentado por especializaciones o gamas de productos representadas precisamente en la venta al por mayor de bolsos, de marroquinería o de otros complementos. Las familias de productos permiten que el proveedor se enfoque en una de ellas y haga de esta dedicación un negocio o una empresa con clientes propios. Esto ocurre de manera natural en la distribución pero actualmente además van surgiendo nuevas compañías dedicadas a nuevas familias o gamas de productos.

No obstante, el mayorista de calzado se rige por las modas y tendencias actuales a la hora de realizar sus pedidos. Y es que al fin y al cabo, son los consumidores finales los que marcan las pautas del sector así como sus gustos y preferencias. Es por ello que la demanda dicta la producción, y la actividad comercializadora no tiene cabida en el mercado si la oferta disponible no puede satisfacer las necesidades de los usuarios.