Porque optar por un plan de lealtad

Porque optar por un plan de lealtad

Muchas empresas de todos los sectores atienden a un plan de lealtad con el objetivo de lograr la máxima sintonía, no ya con los clientes y para llegar a los potenciales, sino con su propia fuerza de ventas y equipo que compone la marca, los productos o servicios, y en definitiva, con la organización que representan.

Siempre se piensa en la empresa como un ente basado en el concepto de beneficio y rentabilidad, pero se ha demostrado que uno de los pilares del éxito empresarial no sólo consiste en tener unos planes económicos saneados y una estrategia comercial acorde con la calidad de productos y servicios, sino con la afinidad de todos los que participan del proceso.

Es cierto que los negocios se nutren de clientes y en hacer rentable un mecanismo de valor, ya sean productos o servicios, de manera que represente beneficios para las partes implicadas. Pero hay un concepto bien enraizado en los planes de marketing que toda empresa diseña para avanzar, que pasa por el de fidelidad. También entendido como lealtad, lo que se persigue es hacer que la empresa aporte valor no solo económico sino social en el más amplio sentido de la palabra, ya que así el tan deseado cliente y el propio empleado de la firma, se sienta parte integrante de ese éxito.

Las grandes compañías entendieron muy pronto que un plan como este no sólo incluye al cliente, al nuevo y al potencial cliente de su oferta, sino que engloba a todos los integrantes de la empresa y trasciende más allá incluso de sus oficinas, sus establecimientos y su influencia geográfica.

Sin embargo, aunque éste sería el ideal que se persigue, también es cierto que no todas las empresas tienen este potencial que les permita trascender a la esfera de los negocios comprometidos con la sociedad porque su tamaño es reducido. El área de influencia es determinada para cada negocio y el plan, pensado para clientes, de una red de franquicias de peluquerías será distinto al de una cadena de coches de alquiler, pero ambos preparan un plan de lealtad que les permita adquirir fortaleza en su sector y alcanzar reconocimiento en el mercado en general.

Y aunque siempre suene a la captación orgánica de clientes para aumentar facturación, no hay que olvidar que la idea de éxito incluye excelencia en la calidad, apostar por aportar valor social, ampliar las ventajas al consumidor y contribuir a mejorar el bienestar de los usuarios. Lógicamente, acercando y fidelizando a estos consumidores al negocio en cuestión mediante aportaciones que le serán devueltas en forma de incremento de ventas, pero también de reconocimiento.